Saturday, July 19, 2008

Fontanarrosa

A pesar de que este blog no habla demasiado en el pasado, la ocasión lo merece. HAce un año murió Roberto Fontanarrosa y siempre es buen momento para recordarlo.
Va la anécdota. Un día antes de que le entregaran un premio en la FIL tuve una entrevista con él. Era un sábado, el último de la FIL y no era consciente en ese momento de que se convertiría en mi última entrevista en la Feria después de 4 años (3 en el diario y 1 en la misma Feria, siempre como reportero). Como casi siempre durante esos días, llegaba con pocas horas de sueño. La entrevsista se había retrasado un día. Era el primero de la agenda, fui hasta el mostrador del Hilton y pregunté por la habitación donde estaba hospedado junto a su esposa, quien iba a ser la encargada de pasármelo y ponernos de acuerdo para bajar al lobby. No estaba ahí, me dijeron que fuera al restaurante donde estaba desayunando. Yo estaba un poco nervioso, porque fue alguien a quien conocí desde muy pequeño. Mis papás tenían una gran pila de PRoceso viejitos, viejitos, con el papel todo amarillo (que desafortunadamente después tiraron) donde en la última página siempre aparecía Boogie. REconozco que no lo leía, ni me gustaba mucho, prefería en ese momento a Mafalda o Asterix, pero con el tiempo descubrí que no tenía la edad para disfrutar ese humor.
En fin, que estaba nervioso por verlo y por no saber cómo saludarlo porque me habían dicho que iba muy , muy enfermo, con una esclerosis avanzada.
Lo vi en la mesa más grande del hotel, junto a su esposa y varios familiares y amigos. Rápido noté que había perdido toda la movilidad de sus brazos y cuerpos y que apenas podía levantar la cabeza. Sentí muchos nervios y obvio tristeza. Me acerqué y no supe cómo saludarlo porque obviamente no podía dar la mano a nadie, así que solamente le toqué el hombro como una señal de respeto y admiración. Junto a su ayudante, un chico casi adolescente, nos enfilamos a unas mesitas que estaban junto a las tiendas de recuerdo y ahí comenzamos.
Como siempre sucede, la entrevista fue breve, pero lo mejor vino cuando apagué la grabadora. En la televisión mostraban un partido de futbol mexicano y comenzamos a platicar de los futbolistas argentinos que van a méxico, de los únicos mexicanos que habían ido a argentina y de otras cosas más, todas relacionadas con el futbol y por supuesto el partido del mundial. Su memoria estaba intacta y a veces me parecía que sabía más de futbol mexicano que yo y creo que también le sorprendió que supiera algunos cuantos datos balompéricos. En eso estábamos cuando llegó el siguiente reportero. Nos despedimos, esta vez no le di la mano y desaparecí. Al día siguiente, durante la entrega de la Catrina, fui a cubrir la nota (que por cierto me editó mi hermano, invitado especial durante la fIL del 2006 je je) que se tituló “Vitorean sus hinchas al crack“ (ya sé, pero es el estilo del periódico titular como lo haría Tarzán, con verbos al frente jaja).
Un mes después anunció que dejaba el dibujo (ya en la entrevista se le veía triste cuando hablaba de su poca movilidad) y siete meses después murió. Su equipo de futbol , el Rosario Central, le hizo un homenaje e inscribió su nombre durante toda una temporada en la camiseta. A reír pues que ya es sábado.

¿Cómo puedes decirme que ya no me amas Darío? No puedo creer que lo nuestro sea simple atracción física.




- Pese a su veteranía advertimos que usted sigue creyendo en las cábalas. Vemos que cuando entra al campo toca el pasto.
- No. Es que pruebo si todavía me puedo agachar.

No comments: